Las promesas de Bukele

Nuestro Presidente Bukele llegó al poder utilizando como bandera la lucha contra la corrupción. La idea de hacer las cosas distintas frente a años y años de lo mismo fue lo que movilizó a la inmensa mayoría de salvadoreños a darle su apoyo.
En un inicio, su forma impulsiva de gobernar le generó una gran popularidad. Sabiendo aprovechar las herramientas tecnológicas y la utilidad de las redes sociales, el Presidente puso un sello muy particular sobre su gestión. No defraudó en cuanto a lo novedoso y nos ha tenido hipnotizados en este mundo tan “millenial”.
Sin embargo, sus promesas de campaña y su estilo particular de conducir el gobierno chocan de frente con acciones concretas que ha realizado recientemente.
Olvidándose de lo prometido y pasado el efecto de sus primeros días de gobierno, Nayib Bukele cayó en la misma tentación que sus antecesores. Lo último ha sido la utilización de sus cuentas para nutrir a su partido político. Dicho de otra forma, se vale de su posición como Presidente para favorecer a su agrupación política y eso es un delito.
Es una clara violación al artículo 218 de nuestra Constitución Política y del Código Electoral, especialmente los artículos 184 y 226. Algunos dirán que siempre se ha hecho así, que los políticos siempre hacen eso y que no tiene nada malo.
Recordemos que nuestro Presidente no es igual que el resto de los políticos y que además esa fue su promesa. Por eso, no entendemos por qué se comporta como los mismos corruptos de siempre. Confiamos en que retome el camino de la honestidad y la transparencia que tanto nos prometió.
